miércoles, 11 de marzo de 2009

El cuidado del matrimonio.por Louise Frechette

No sólo lleva paciencia y entendimiento, lleva tiempo y trabajo, y requiere
que cada persona sea completamente honesta y tenga la voluntad de abrir ante el
otro sus mundos privados. Requiere comunicación continua, de otro modo
comienza la desconexión y el distanciamiento que puede ser muy difícil de
deshacer. Lleva la voluntad de admitir que se está equivocado muchas
veces, aunque el ego de uno insista que tienes razón, pero el razonamiento hace
caso omiso de él. Y lleva la voluntad de arriesgar la pérdida de la propia
identidad del ego a fin de comenzar a entregarse al Ser más elevado que ambas
partes en la relación han estado de acuerdo en descubrir juntos.
Las relaciones especiales que se dejan bajo la dirección del ego de cada
cual, son aquellas en las que dos personas han buscado lo que el Curso define
como“un intento... de encontrar refugio en medio de la tormenta de la
culpabilidad”.T-16.IV.3:
En la relación especial – nacida del deseo oculto
de que Dios nos ame con un amor especial – es donde triunfa el odio del
ego Pues la relación especial es la renuncia al Amor de Dios y el intento
de asegurar para uno mismo la condición de ser especial que Él nos
negó”.T-16.V.4:1-2
Cuando el enojo surge y se proyecta la culpa, no podemos deshacer el error
nosotros mismos. Aquí es donde ambas personas en la relación tienen que
reconocer sus limitaciones y reconocer que por sí solos, no tendrán éxito en
llegar a una resolución duradera ni a la sanación. El profundo dolor y
frustración que provienen de los conflictos que surgen en el matrimonio pueden
servir como motivación perfecta para volverse para adentro y acceder a la ayuda
de nuestro Maestro interno. El Espíritu Santo es la fuerza invisible y la
cordura dentro de nuestra mente, El que entiende nuestra necesidad de sanación y
que puede tomar nuestras percepciones equivocadas, nuestro enojo y culpa y
transformarlos en percepciones de nosotros mismos y de nuestra pareja que son
sensatas y están sanadas. La relación especial entonces se convierte
gradualmente en una relación santa en que cada persona aprende a liberar al
pasado y unirse en el amor y el respeto mutuo.
La razón, en cambio, ve una
relación santa como lo que realmente es: un estado mental común, donde ambos
gustosamente le entregan sus errores a la corrección, de manera que los dos
puedan ser felizmente sanados cual uno solo. (T-22.III.9:7).

No hay comentarios:

Decidir