sábado, 13 de noviembre de 2010

T1.III/8

  El hecho de que el milagro pueda tener efectos en tus hermanos de los que ni siquiera eres consciente no debe preocuparte. El milagro siempre te bendecirá. Los milagros que no se te ha pedido que hagas no dejan de tener valor. Siguen siendo expresiones de tu estado de gracia, pero dado mi absoluto conocimiento del plan en su totalidad, yo debo controlar su ejecución. La naturaleza impersonal de la mentalidad milagrosa asegura tu gracia, pero sólo yo estoy en posición de saber dónde pueden concederse.

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