viernes, 3 de diciembre de 2010

T22.In/1

    Ten piedad de ti mismo, tú que por tanto tiempo has estado esclavizado. Regocíjate de que los que Dios ha unido se han juntado y ya no tienen necesidad de seguir contemplando el pecado por separado. No es posible que dos individuos puedan contemplar el pecado juntos, pues nunca podrían verlo en el mismo sitio al Mismo tiempo. El pecado es una percepción estrictamente personal, que se ve en el otro, pero que cada uno cree que está dentro de sí mismo. Y cada uno parece cometer un error diferente, que el otro no puede comprender. Hermano, se trata del mismo error, cometido por lo que es lo mismo, y perdonado por su hacedor de igual manera. La santidad de tu relación os perdona a ti y a tu hermano, y cancela los efectos de lo que ambos creísteis y visteis. Y al desaparecer dichos efectos, desaparece también la necesidad del pecado.

No hay comentarios:

Decidir