"Las relaciones
especiales que se establecen en el mundo son destructivas, egoístas e
"infantilmente" egocéntricas. Mas si se le entregan al Espíritu
Santo, pueden convertirse en lo más sagrado de la tierra: en los milagros que
señalan el camino de retorno al Cielo. El mundo utiliza las relaciones
especiales como el último recurso en favor de la exclusión y como una prueba de
la realidad de la separación. El Espíritu Santo las transforma en perfectas
lecciones de perdón y las utiliza como un medio para despertarnos del sueño.
Cada una representa una oportunidad de sanar nuestras percepciones y de corregir
nuestros errores. Cada una es una nueva oportunidad de perdonarnos a nosotros
mismos, perdonando a otros. Y cada una viene a ser una invitación más al
Espíritu Santo y al recuerdo de Dios."
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