domingo, 11 de noviembre de 2012

S3.IV/10


            Devuélveme ahora, pues, tu santa voz. El canto de la oración es insonoro sin ti. El universo está esperando tu liberación porque es la suya propia. Sé dulce con él y contigo mismo, y luego sé dulce Conmigo. Sólo te pido esto: que halles consuelo y que no sigas viviendo aterrorizado y con dolor. No abandones el Amor. Recuerda lo siguiente: sea lo que fuere que pienses de ti mismo, sea lo que fuere que pienses acerca del mundo, tu Padre te necesita y te seguirá llamando hasta que finalmente regreses a Él en paz.

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