"La percepción
es una función del cuerpo, y, por lo tanto, supone una limitación de la
conciencia. La percepción ve a través de los ojos del cuerpo y oye a través de
sus oídos. Produce las limitadas reacciones que éste tiene. El cuerpo aparenta
ser, en gran medida, auto motivado e independiente, mas en realidad sólo
responde a las intenciones de la mente. Si la mente lo utiliza para atacar, sea
de la forma que sea, el cuerpo se convierte en la víctima de la enfermedad, la
vejez y la decrepitud. Si la mente, en cambio, acepta el propósito del Espíritu
Santo, el cuerpo se convierte en un medio eficaz de comunicación con otros -
invulnerable mientras se le necesite - que luego sencillamente se descarta
cuando deja de ser necesario. De por sí, el cuerpo es neutro, como lo es todo
en el mundo de la percepción. Utilizarlo para los objetivos del ego o para los
del Espíritu Santo depende enteramente de lo que la mente elija."
Prefacio
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