Cuando hayas visto el mundo
real - como sin duda lo verás - te acordarás de nosotros. Mas tienes que
aprender el costo que supone estar dormido, y negarte a pagarlo. Sólo entonces
decidirás despertar. Y entonces el mundo real aparecerá ante tu vista, pues
Cristo nunca ha estado dormido. Cristo está esperando a que lo veas, pues Él
nunca te ha perdido de vista. Él contempla serenamente el mundo real, que desea
compartir contigo porque sabe que Su Padre lo ama. y sabiendo esto, desea darte
lo que es tuyo. Él te aguarda en el altar del Padre en perfecta paz,
ofreciéndote el Amor del Padre en la serena luz de la bendición del Espíritu
Santo. Pues el Espíritu Santo conducirá a todo el mundo a su hogar y a su
Padre, donde Cristo les espera como Su Ser.
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